miércoles, 1 de julio de 2009

Guatemala (I): Antigua Guatemala y volcán Pacaya

Aprovechando que iba a estar en Chiapas, que varias de mis compañeras del Diplomado iban a estar en una zona rural de Guatemala y que mi amigo Chema me ha contado innumerables veces todo lo que le gustó su viaje a este país, me propuse escaparme unos días para conocerlo de cerca.

La idea era quedar con mis compañeras en Antigua y viajar hasta Tikal para ver la famosa ciudad maya. Y ahí me tenéis: viaje nocturno desde Tuxtla hasta Tapachula, colectivo hasta Ciudad Hidalgo, pase de la frontera hasta Ciudad Tecún Umán y agarrar un bus ahí para llegar a Antigua Guatemala haciendo escala en Escuintla: un total de 14 h de viaje.

Desde México se tiene una imagen de Guatemala parecida a la que desde España se puede tener de Marruecos (país grande y más o menos poderoso que tiene como vecino otro más pobre, desde el que el flujo de inmigración no cesa), así que os podéis imaginar que me llovieron las recomendaciones de precaución por parte de mis amigos mexicanos de Tuxtla!!

El autobús que me llevó a Tapachula, con sus asientos amplios, 5 monitores de tv, baño incorporado y buen olor, dio paso a otro en el que se podían sentar 3 personas en la mayoría de los asientos, con cantidad de paquetes, que realizaba continuas paradas en los lugares más inesperados para recoger gente del camino y en el que, de repente, se podía levantar un hombre y dar una larga disertación sobre los parásitos intestinales para tratar de vender un fármaco de dudosa calidad para combatirlos. Un viaje divertido, la verdad! Y un paisaje espectacular: verdor por todas partes, cruzados por algún río y zona de montañas y volcanes. Disfruté muchísimo!

A mi llegada a Antigua me esperaban Ana, Zitlalli y Patricia en el parque central. El lugar era más o menos lo que esperaba: una ciudad colonial (al estilo de San Cristóbal de las casas), con sus casas bajas de colores y salpicadas de iglesias muy decoradas pero con mayor amplitud en sus calles… y miles de turistas, la inmensa mayoría estadounidenses. A pesar de ello, la ciudad es tan bella que te centras en el ambiente y consigues obviar tanta gente de fuera (yo el primero!). Hotelitos encantadores, situados en casas particulares o decoradas a conciencia que te hacen sentir que estás en un paraíso. Una ciudad para caminar, disfrutar del ambiente que destila, disfrutar de los volcanes que la circundan y quedar encantado por las casas de colores. Allí tuvimos un encuentro en el que, los que habíamos sido compañeros durante 5 meses, nos contamos las alegrías, las penas y las vivencias más recientes. Todo ello acompañado de una excelente comida junto con jugos de frutas o cerveza Gallo (muy buena, entra en mis tops!). Excelentes momentos!

Al día siguiente decidimos ir al volcán Pacaya, en activo, a unos 80 km de la ciudad, para hacer una subida y ver lava de cerca. La experiencia fue también inolvidable, con zonas de fumarolas y sintiendo el calor que emana de dentro de la tierra desde cerca.

De vuelta a la ciudad: comer en un mercado junto a guatemaltecos para degustar los platos más típicos (y alejarnos de tanto guiri), dar una vuelta de nuevo por la ciudad y sorprendernos con un concierto de marimba en la calle dado por septuagenarios, junto a unos gigantes danzantes… momentos!! Tantos momentos!!



1 comentario:

  1. me alegro de que estés disfrutando de tus viajes, eso te da fuerza para realizar tu trabajo. Por cierto, quien es tu amigo Chema?,le conozco?

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