miércoles, 22 de julio de 2009

Negro

Hola a todos!

Siento haber estado este tiempo sin escribir nada… vuelvo a la carga… pero mientras estaba escribiendo un resumen de un pequeño viaje por las ruinas mayas de Chiapas y el Yucatán he recibido una llamada de Sandra: Manolito no ha podido más, nos ha dejado.

Para quienes no sepan quién es, les envío a la entrada “Pongamos que se llama Lupita”. Después de empeorar y necesitar tratamientos que nuestro hospital no podía afrontar, Manolito pasó por otros dos hospitales de la zona y, por último, fue enviado a Ciudad de México. Realmente no sé muchos detalles de lo sucedido en este tiempo… pero la noticia me ha dejado helado. Negro, como los nubarrones que cubren de nuevo Tuxtla mientras escribo estas letras y después de una semana de intenso calor sin ver una sola gota.

No puedo dejar de pensar en esa madre que ha intentado todo por la vida de su hijo: enfrentarse a la familia, sociedad, religión… ver perderse a su segundo hijo…

Siento escribir esto, pero mi intención es haceros llegar todo lo que veo y siento. Lo bueno, pero también lo negativo. Hoy toca una de arena…

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