sábado, 4 de julio de 2009

Nubarrones

Si hace poco os hablaba de la grandeza de Lupita, hoy tengo que comentaros otra situación que estoy viviendo, pero que no me produce ninguna alegría, sino que me está haciendo ver otras realidades que no esperaba ver en México. Nubarrones. Quiero contaros algo sobre Miguelito.

Hace algo más de un año, durante mi estancia en Etiopía, vi situaciones que desgarraban el corazón: casos extremos de desnutrición infantil, pobreza extrema, situaciones insostenibles, consecuencia de la realidad de un país muy empobrecido. Y, aunque creo que no se pueden tolerar, se esperan y se “aceptan”.

Miguelito es un niño de 17 meses. Ingresó en el piso de pediatría por una pérdida de peso importante. Hasta ahí bien. Pero la realidad no era sólo esa: cuando lo vimos, lo único que se podía ver era un niño muy irritable, que no paraba de llorar y enganchado a la teta de su madre. Más bien podría decirse que era una gran cabeza, con unos grandes ojos negros y una gran boca pegada a un niño. O mejor dicho, a un montón de huesos y algo de carne y piel. Miguelito pesa 5.3kg. Ha estado perdiendo mucho peso desde que tenía un año. En ese momento pesaba algo más de 10 kilos, pero empezó con diarrea y pocas ganas de comer. Parece que lo llevaron a varios “médicos” pero la cosa no se solucionó… y aquí lo tenemos. Ante esto y analizando la situación familiar (una hermanita fallecida más o menos a la edad de él y que ahora tendría 3 años)… tenemos la solución: VIH-SIDA (junto a lo que podría considerarse apatía por parte de los padres y falta de educación sanitaria, falta de profesionalidad por parte de los “médicos” que lo vieron…)

Lo peor es que no es el único caso: en el poco tiempo que llevo por aquí ya he visto varios casos parecidos, aunque no tan extremos. Y es que esta enfermedad se está llevando por delante a muchos niños, mujeres y hombres. Y los indígenas están siendo especialmente vulnerables. Si a eso añadimos la falta de acceso a instituciones de salud, la inexistencia de una detección temprana y el miedo al estigma social… tenemos un problema que va a ser difícilmente solucionado.

El caso de Miguelito me ha “descolocado”, como te sorprenden las cosas que no se esperan. Y yo no me esperaba ver este tipo de situaciones en un país como México… pero ahí están.

Espero que los nubarrones que cubren a Miguelito se vayan yendo y poco a poco el calor del sol vaya tomando lugar.

2 comentarios:

  1. jo, Antonio, después de tanto cachondeito con tu foto, un duro baño de realidad, espero que por lo menos el vacile de tus amigos te ayude a relajarte cuando sales del Hospital. Animo, que tu puedes. Besos.

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  2. Hola Antonio(caca), soy Rodri. La grandeza del ser humano (Lupita) y la pobreza (Miguelito) y en medio tu, con el corazón cargado de ganas de ayudar y de hacer de este mundo un mundo mejor. La verdad es que me siento orgulloso de ser tu amigo. De los que son como tu es el reino de los cielos. Mucho ánimo y fuerza para superar los momentos difíciles y alegría (que de esa no te falta) para tirar hacia delante. Como decía Robert de Niro: "tu, eres bueno". Tu eres ejemplo e instrumento.
    Un fuerte abrazo. Rodrigo.
    PD: No te traigas lombrices ni bichitos en las heces.

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